martes, 27 de septiembre de 2011

El sifón en el olvido

La época comunista transformó el sifón en un símbolo nacional, siendo la bebida carbónica más popular del mercado. El sifón estaba presente en todos los hogares rumanos y no faltaban las colas enfrente de las sifonerías para rellenar los sifones y poder tener encima de la mesa el deseado şpriţ.  Una reunión familiar sin şpriţ no tenía sentido alguno.

Inevitablemente, el sifón se convirtió asimismo en un medio de socializar con la gente. La maquinaria de las sifonerías de antes de la revolución se operaban manualmente, eran muy ruidosas y se tardaba tiempo en rellenar una botella, lo cual implicaba pasar un tiempo muerto socializando y charlando con la gente sobre lo que fuera. Entre los clientes habituales se podían ver a los niños mandados por sus padres haciendo cola para rellenar las pesadas botellas de cristal de sifón.

Desde la revolución, las sifonerías han ido desapareciendo vertiginosamente debido principalmente a la aparición de nuevas bebidas refrescantes más llamativas y cómodas al ser de usar y tirar. Al mismo tiempo, las botellas de cristal cuyo tapón era irreemplazable se fueron sustituyendo por botellas de plástico que dieron la posibilidad de crear refrescos gaseosos a base de siropes caseros y agua carbónica. 

Paseando por la avenida de Kiseleff, encontré en el mercado de antigüedades que se monta todos los fines de semana estas botellas viejas de sifón. No ha pasado tanto tiempo y ya este objeto se ha transformado en una reliquia y objeto de coleccionista quedando la tradición sólo como un recuerdo al que muchos aluden con nostalgia.

Sifón en venta en el Mercado de antigüedades de Kiseleff

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