domingo, 30 de octubre de 2011

La serpiente que se muerde la cola


Benoit Nadler, representante de la Comisión Europea en el marco del equipo para Rumanía de la DG Regio, ha clarificado que la tasa real de absorción de fondos europeos de Rumanía es del 3,5% y no del 14,8% como ha declarado Traian Basescu el lunes pasado.

Según ha dicho, la situación es dramática y Rumanía se encuentra de lejos en el último lugar de la lista en absorción de fondos europeos. Si no se toma el dinero recibido, los proyectos no se implementan, no se convierten en motores de la economía y el atractivo de Rumanía cae.

Las causas de esta baja absorción coinciden con la de muchos expertos: mecanismos técnicos lentos, avances sugerentes que hacen que los beneficiarios no se den prisa en obtener aún más dinero, así como los problemas de personal y de competencias de las autoridades de gestión.

Las dificultades impiden que las firmas serias hagan sus negocios en Rumanía, y a Bruselas llegan regularmente quejas de grandes compañías sobre la falta de transparencia en Rumanía.

Las solicitudes de pagos para los proyectos deben de estar acompañadas de documentos de cientos de páginas, y según Nadler esto no tiene ningún sentido. Por tanto, aunque se quejan de falta de personal, las autoridades de gestión no simplifican los procedimientos. Se han suspendido los pagos para proyectos porque los documentos justificativos abrumadores no aseguran la corrección y conformidad, sólo sobrecargan al beneficiario que no puede hacer frente mentalmente a los problemas. Los procedimientos ineficientes e inadecuados están asfixiando a la implementación de los proyectos en Rumanía.

El número excesivo de auditores y controles no coordinados e inconsecuentes amplifica la incertidumbre de los inversores, y las autoridades protegen la incompetencia a través de un número creciente de procedimientos.



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