lunes, 5 de mayo de 2014

Lluvia de primavera en el A1

Carta de cervezas del Bar A1
Los domingos pueden llegar a ser muy ingratos. Tienen algo extraño, un indescriptible tedio que hay que saber llevar. ¿Y cómo? Con actividad. 
El día amaneció indeciso, ni luz ni sombra, ni lluvia ni no lluvia. Tras el desayuno dominguero, el marujeo de rigor y otros quehaceres nos pusimos nuestros trajes de domingo (vaqueros, playeras y jersey) y nos echamos a la calle a descubrir la ciudad, ver su fauna y edificios.
No era de extrañar que estuviera todo muy tranquilo, siendo el puente del 1 de mayo muchos se han ido a casa o a la playa. 
La lluvia nos sorprendió en cada esquina, una de esa gruesa y que te cala hasta los huesos, así que tras unas buenas horas de deambular por la ciudad refugiándonos en tiendas, pasadizos y diversos huecos, decidimos ir al Bar A1 antes de que cayera la gran tromba final. En cuestión de minutos se cubrió todo el cielo de una nube espesa oscura e inmediatamente tras entrar en el Bar (al que llegamos casi corriendo) comenzó a llover como puede verse en la foto.
El ambiente en el A1 estaba de domingo... Muy poca gente, muy tranquilo y muy para uno solo. Como en casa.
Vista desde el primer piso del Bar A1

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