domingo, 4 de septiembre de 2011

Hotel Rin Grand Hotel

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Existe un hotel en esta ciudad, del cual sus gestores se sienten bien orgullosos y aunque no se trata del Palacio del Parlamento, respira por sus rincones aires de megalomanía. 

El Hotel Rin Grand Hotel añade a mi nobarrrio con su presencia un toque ostentoso que merece ser mencionado.

Se trata de un hotel de cuatro estrellas perteneciente a los hermanos Negoiţa. Una pareja de nuevos ricos que han sacado grandes beneficios con sus distintos hoteles y proyectos inmobiliarios. Han alardeado de tener el hotel con mayor número de habitaciones de Europa,  pero por lo visto el Hotel Cosmos de Moscú con 1771 habitaciones lo supera. El Hotel Rin tiene 1.400 habitaciones, 42 salas de conferencia y 23 apartamentos. Todo ello repartido en sus 105.000 metros cuadrados y 15 pisos.  

Fachada Rin Grand Hotel
Mi vecino hotel tiene una fachada indescriptible. No sé qué decir. Me pregunto muchas veces qué enseñarán en la Facultad de Arquitectura para que todos los nuevos proyectos sean tan iguales e insípidos. No transmiten absolutamente nada y me entristece pensar que la ciudad quede algún día cubierta por estas construcciones monótonas y mono-temáticas de cemento, metal, termopan (carpintería de PVC que causa furor hoy en día en Rumanía con el que se hacen ventanas y puertas) y cristal.



El interior podría decirse que es algo así como superkitsch, signo de elegancia y modernidad para muchos por estos lares. 

Fachada lateral Rin Grand Hotel
El hospedaje en Bucarest es bastante caro y una ventaja para el turista es que este hotel puede tener buenas tarifas. El inconveniente es que no hay nada a su alrededor y a pesar de que se encuentra no muy lejos del centro, las conexiones con los medios de transporte público son malas. Las opciones que quedan son el taxi que de media puede costar unos cinco euros para llegar al centro, o la opción pie para los mas intrépidos y con tiempo libre. La marcha hasta Uniri dura de media una hora y existen dos alternativas: se puede seguir el río Dâmbovita o se puede atravesar el  barrio de Vitan. Quizás la última sea la más atractiva porque se puede ver la vida de barrio en la ciudad, pero tanto si se elige una como otra hay que tener extremo cuidado con las jaurías de perros que de forma permanente habitan en cualquier rincón de la urbe.


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