jueves, 11 de agosto de 2011

Vitan. Dâmboviţa. Glina

Mi barrio se llama Vitan, Cartierul Vitan.  

En realidad mi barrio no se llama Vitan. De hecho no es un barrio. Los que habitamos este lugar pertenecemos a ese grupo de personas que asientan las bases de un futuro barrio movidos por el atractivo de un nuevo proyecto inmobiliario barato y de mala calidad. Vivo en este no barrio por casualidad, pero esa es otra historia. Este nuevo asentamiento se ubica más allá del barrio de Vitan, más al sur, lejos sí, junto a la salida de la ciudad de las aguas altamente contaminadas del río Dâmboviţa. 


Rumanía está dividida en 9 cuencas hidrográficas y el río Dâmboviţa pertenece a la Cuenca Hidrográfica del río Argeş.  El Dâmboviţa atraviesa Bucarest entrando por el noroeste y sale por el sudeste a través de un canal construido entre 1987 y 1989. A la salida de la ciudad la calidad de sus aguas son de Clase V, es decir, su estado ecológico es malo, presenta alteraciones mayores de los valores de los elementos biológicos de calidad para el tipo de aguas de superficie, en las cuales están ausentes la mayor parte de las comunidades biológicas importantes, que normalmente están asociadas al tipo de cuerpo de agua de superficie en condiciones no modificadas.     
(http://www.anpm.ro/Mediu/raport_privind_starea_mediului_in_romania-15). 


Hay días en los que el olor es profundamenete desagradable, pero esto no frena a ciertos individuos a sacar su caña, sus cigarritos, su cervecita de litro, litro y medio o dos litros y pasar una agradable jornada de pesca junto al río pestilente, el sonido intermitente de los claxons, el polvo y las distintas partículas y gases contaminantes de los coches. A mi entender, creo que no tienen ni la más remota o mínima idea de lo que pasa. Cada uno percibe la realidad a su alrededor como le salga. Me imagino a los pobres pescadillos nadando en busca de aguas mejores, el problema es que si siguen el curso del canal están realmente "comprometidos". No sé qué es peor, que te pesquen o morir ahogado por falta de oxígeno.


Bucarest es la única ciudad europea que no cuenta con una estación depuradora de aguas y según las últimas noticias, y tras muchos años de espera, parece que la E.D.A.R. Glina está proxima a comenzar su funcionamiento aunque no a pleno rendimiento. En parte es una buena noticia, pero no dejo de pensar en todos los efectos irreversibles que han podido causar las agresiones continuas al río durante tantos años.



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